sábado, 26 de febrero de 2011

Tradición y modernidad: Tecnología y artesanato en la creación de ELDORADO


Eduardo Okamoto

20 de febrero 2011


Traduttore- traditore : Santiago Serrano


Este texto es motivado por el lanzamiento del diseño de nuestro nuevo sitio y quiere reflexionar sobre el uso de tecnologías informáticas y algunas de sus posibles influencias sobre las Artes Escénicas. También aquí, como en mi entrada anterior, utilizo trechos de mi trabajo de doctorado en Artes Escénicas en la UNICAMP.
La experiencia del uso de la tecnología informática al servicio de las relaciones de intercambio humanas, siendo estas el fundamento del lenguaje teatral, ya habían sido experimentadas por mí antes de la publicación de este nuevo sitio. En el inicio de mis investigaciones, cuando el equipo de trabajo era pequeño y yo mismo organizaba las actividades de producción, una de mis primeras tareas fue la creación de mi propio sitio. Yo, que no tengo ninguna formación en tecnología (exceptuando mi herencia genética nipona que, bromean los amigos, me empuja con facilidad para esta área), pude solito, con la ayuda del ítem “Ayuda” del propio software de producción de sitios web, producir mi propio territorio virtual. A partir de este sitio, pude concertar presentaciones de mi espectáculo a nivel internacional (España, Suiza, Marruecos, Kosovo) y establecí muchos contactos inesperados. Imaginen: Un sitio que trataba sobre el trabajo de un brasilero que representaba un único espectáculo sobre los niños en condición de calle registro vistas hasta de la China, del otro lado del mundo.
El dramaturgo Santiago Serrano, de “Eldorado”, igualmente se sorprende con la divulgación de su obra por la web. Su página, también creada por él mismo, contabiliza más de 80.000 accesos desde todo el mundo. Esto posibilitó que sus textos fuesen montados en lugares distantes de su residencia: Estados Unidos, México, España, Francia, Bulgaria, Brasil etc.
Se puede decir que el proceso de creación del espectáculo “Eldorado” se valió ampliamente de la comunicación virtual. Inicialmente, las primeras fotografías y vídeos de rabequeiros – los artistas populares que inspiraron el trabajo – fueron retiradas de Internet. Conocí por este medio muchos rabequeiros que efectivamente nunca encontré más allá del espacio virtual.
No obstante la posibilidad de viajes virtuales, de los encuentros intuidos, de las realidades soñadas, Internet posibilitó también los encuentros de vida a vida, cuando, en Iguape y Cananéia, conocí rabequeiros y constructores de rabeca personalmente. La investigación de campo solo fue posible porque consulté, antes de partir de Campinas, donde vivo, el sitio del Museo Vivo do Fandango. La web me revelaba un circuito de visita a casas de artistas populares y salones fandangueiros. Esto garantizó éxito en los encuentros con estos artistas en un viaje con recursos propios – y, por ello, necesariamente rápido, ya que yo no me podía alejar por mucho tiempo de mi lugar de trabajo y no contaba con medios para costear una larga estadía en aquellas ciudades.
Vale decir que, durante la propia investigación de campo fui sorprendido con el uso de tecnología por los propios artistas de tradición popular. No me refiero solamente a las técnicas que cada uno usa para crear su propio arte (el conocimiento que cada uno genera para tocar o construir un instrumento a su propio estilo personal). Me refiero también al uso de elementos de la posmodernidad.

“Seu” Benedito Nunes, de Iguape, por ejemplo, me mostraba orgulloso que su rabeca traía ya embutida “un chip” (se refería a un captador), que permita una conexión rápida con la mesa y el amplificador de sonido. Además de esto, hoy, la búsqueda de videos en el portal YouTube presenta una gran cantidad de rabequeiros y manifestaciones populares en que la rabeca está incluida. Hay, incluso, maestros rabequistas que tienen su propia área en el portal MySpace, que se caracteriza por la presencia de trabajos artísticos, sobre todo de música.

La “tradición” es “posmoderna”, ya que anticipó importantes características de la producción erudita de la cultura (Por ejemplo: La no especialización entre actores, bailarines y cantores. Característica destacada de los actores contemporáneos), y no deja de lado a la tecnología para crear ondas cada vez mayores y más intensas de relación humana.
Por fin, por la navegación en la red, todavía pude llegar a Buenos Aires, ciudad que yo no conozco personalmente y establecer un trabajo conjunto con un dramaturgo argentino. Si yo me deje llevar por las muchas fabulaciones posibles, finalmente, yo invitaba a alguien que vivía lejos de mi casa a viajar conmigo. De esta manera, yo, no solo me permitía atravesar por las realidades vividas o inventadas, sino también intentaba encontrarme con otro, que a su vez fabulaba sus propias jornadas. Con “Eldorado” aprendí el encuentro que se vale de recursos diversos para suceder.

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