MIRAR Y NO TOCAR
De Santiago Serrano
Ganadora 4ª Concurso Nacional de Obras de Teatro Breve
Instituto Nacional del Teatro (Argentina)
Living de un apartamento. Es de noche . Un hombre se pasea por la habitación. Cada tanto se detiene y disimuladamente mira hacia fuera. Su esposa le habla desde la cocina.
Mujer:
¿Sigue mirando?
Hombre:
No puedo asegurarlo. A veces tengo la certeza... pero hoy no puedo asegurarlo
Mujer:
¿Querés que mire yo?
Hombre:
No. Cualquier movimiento extraño lo haría esconderse.
Mujer:
¿Qué busca?
Hombre:
Quien sabe. Sigamos con la rutina. Algún día se aburrirá y dejará de mirarnos.
Mujer:
¿Hombre o mujer?
Hombre:
Una silueta en la ventana, eso es todo lo que vi con el rabillo del ojo.
Mujer:
¿Porqué constuirán los edificios tan cercanos los unos a los otros?
Hombre:
Para que nosotros pongamos la distancia.
Mujer:
Quizás esté solo.
Hombre:
Nunca vi más de uno.
Mujer:
Seguro que nos envidia
Hombre:
Quien puede saberlo
Mujer:
¿Dos huevos o uno?
Hombre:
Uno
Mujer:
¿Fritos o poché?
Hombre:
Poché
Mujer:
¿Bife angosto o bife ancho?
Hombre:
Angosto. Ahí está
Mujer:
¿Podés verlo?
Hombre:
Sí. Ya está con la habitación en penumbras, mirando.
Mujer:
¿Ya puedo llevar la comida?
Hombre:
Traela, pero no sobre actúes. Sé natural. Cualquier cambio hace que aumente el interés.
Mujer:
Ahí voy.
Hombre:
Despacio
Mujer:
Hoy estoy nerviosa, prefiero quedarme en la cocina.
Hombre:
Si no te ve se quedará esperando durante horas.
Mujer:
Bajá la persiana y tendremos una noche para nosotros.
Hombre:
Odio tener la ventana cerrada. Me produce claustrofobia. Que cierre él la ventana. Entrá despacio.
La mujer entra finalmente. Se la nota tensa.
Mujer:
¿Así está bien?
Hombre:
Sí. Avanza, no te detengas.
Mujer:
¿Porqué no vas y le tocás su portero eléctrico y le decís que no nos mire más?
Hombre:
¿Qué prueba tenemos de que nos mira?¿Y si es un error?. Se burlará de nosotros. Pensaría que estamos paranoicos. Él tiene a derecho a mirar por su ventana.
Mujer:
Nosotros tenemos derecho a la privacidad.
Hombre:
Tranquila. Sentate y comamos. Ya se irá, se aburrirá y se irá.
Mujer:
Quizás lo que le gusta es nuestra rutina, nuestra repetición constante.
Hombre:
Quién sabe.
Mujer:
Hace más de un año que nos mira.
Hombre:
Exactamente dieciséis meses y veintidós días.
Mujer:
Fue cuando te diste cuenta. No podés asegurar que todo no haya empezado antes.
Hombre:
Es verdad. Pero intuyo que esa fue la primera vez. Nunca antes había sentido lo sentí desde ese día hasta hoy: una presencia... una intrusión... .
Mujer:
¿Sigue mirando?
Hombre:
Está. Estoy seguro. ¿Te sirvo vino?
Mujer:
Hoy no creo resistir esta tensión. La cena es nuestro único momento juntos.
Hombre:
Se movió. Está inquieto. Relajate.
Mujer:
¿Qué me relaje o que se relaje?
Hombre:
Que se relajen los dos. ¿Y el pan?
Mujer:
No compré hoy.
Hombre:
¿¡Cómo que no compraste!?
Mujer:
Fue una broma. Una broma que lleva dieciséis meses y veintidós días. Ese día te dije que no había comprado. Ahora me levanto a buscarlo. Tranquilo.
Hombre:
Despacio.
Mujer:
Sé que un día no voy a comprarlo realmente, así esto se termina.
Hombre:
Ni se te ocurra esa locura.
Mujer:
¿A quién mirará?
Hombre:
Empezás con lo mismo. No creemos competencia.
Mujer:
A veces pienso que se masturba junto a la ventana.¿No lo ves moviéndose rítmicamente?
Hombre:
Ya te dije que no. ¿Cómo podría excitarse con un matrimonio que come sus alimentos?
Mujer:
La sexualidad es tan amplia.
Hombre:
¿Tan amplia?
Mujer:
Así dicen.
Hombre:
No hagás trampa, no introduzcas el tenedor en la boca de esa manera. Esto no es una película pornográfica.
Mujer:
En la pornografía también siempre hacen lo mismo.
Hombre:
Es verdad. La vida se está tornando pornográfica entonces.
Mujer:
No te pasés la lengua por los labios.
Hombre:
No te acaricies la pierna como las putas.
Mujer:
No te sobes la entrepierna.
Hombre:
No te roces los pezones con los brazos.
Mujer:
No sé si podré resistir más tiempo.
Hombre:
Tengo una erección de grado cinco.
Mujer:
Yo estoy húmeda.
Hombre:
Control. Control.
Mujer:
¿Novedades en el trabajo?
Hombre:
Te cuento mientras tomamos el café.
Mujer:
Es verdad.
Hombre:
Yo lo traigo.
Mujer:
¿Y si fuera un ciego que solo mira el interior de sus ojos? Alguien que solo ve imágenes perdidas y pasadas.
Hombre:
Alguna vez lo pensé. Si fuera así habríamos perdido dieciséis meses y veintidós días de nuestra vida.
Mujer:
¿Novedades en el trabajo?
Hombre:
Despidieron a Fernández. Agarrate la cabeza.
Mujer:
(Tomándose la cabeza)¿¡Despidieron a Fernández?!
Hombre:
Racionamiento de personal.
Mujer:
Pobre hombre.
Hombre:
Mientras no me toque a mí...
Mujer:
¿Cuántos Fernández quedan?
Hombre:
Creo que quedan para dos meses más. Luego comenzarán por los García. Para los Pérez queda tiempo afortunadamente.
Mujer:
¡No sabés lo que pasó en el supermercado!.
Hombre:
Eso viene luego de acariciarte la cabeza.
Mujer:
Estás equivocado. Viene ahora. ¡No sabés lo que pasó en el supermercado!.
Hombre:
Es verdad. Me equivoqué.
Mujer:
Una mujer devolvió parte de sus compras porque no le alcanzaba el dinero.
Hombre:
¿En serio?
Mujer:
Era una anciana y tenía un monedero tan pero tan pequeño que solo pudo comprar un pan y una leche.
Hombre:
¡Qué difícil está la situación!. Cada día está peor. No sé dónde iremos a parar.
Mujer:
Ese gesto lo has perfeccionado y te sale cada día mejor.
Hombre:
¿En serio?
Mujer:
Somos afortunados. Al menos podemos mantener nuestra rutina. Eso es un lujo.
Hombre:
Ahora te acaricio la cabeza. Eso le encanta. Nuestra visita gusta mucho de este momento.
Mujer:
¿Cómo sabés?
Hombre:
Siento que se inclina contra el vidrio. Él siente que algo más va a pasar.
Mujer:
Quizás ahora se masturbe.
Hombre:
No te roces los pezones con los brazos.
Mujer:
No te pases la lengua por los labios.
Hombre:
No te acaricies la pierna como una puta.
Mujer:
No te sobes la entrepierna. No podré resistir por mucho tiempo.
Hombre:
Tengo una erección de grado siete.
Mujer:
Estoy anegada.
Hombre:
Control. Control. Ya falta poco.
Mujer:
Alejate porque no respondo de mí.
Hombre:
La erección es demasiado evidente para alejarme.
Mujer:
Control. Control.
Hombre:
Ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa.
Mujer:
¿Prendo el televisor?
Hombre:
Sí, prendelo.
Mujer:
Hay transmisión en directo. Tomaron dos rehenes.
Hombre:
Seguridad era la de antes.
Mujer:
¡Qué horror ser rehén, perder la libertad!
Hombre:
Se está moviendo. Creo que va a cerrar su persiana.
Mujer:
¡Por fin!
Hombre:
Siempre puntual. Cuidado que tarda en cerrar.Le gusta echar un último vistazo por las hendijas.
Mujer:
Es eterno este momento.
Hombre:
Quizás si no volviera lo extrañaríamos.
Mujer:
¿Te parece? Es posible.
Hombre:
Ya se fue.
Mujer:
Por fin estamos solos. (Ambos se miran) Ahora estamos libres para hacer lo que queramos.
Hombre:
(Desvistiendose) ¡Cómo me gusta sacarme este traje!
Mujer:
(Desvistiendose) ¡No hay nada como soltar la carne!
Hombre:
Yo apago esta luz. La luz del televisor alcanza.
Mujer:
Es perfecta.
Hombre:
(Los dos se aproximan a la ventana) Los del quinto piso están tomando la sopa. Seguro que él hace ruidos al beberla. Ella sí que lo hace como una dama.
Mujer:
La del duplex barre de noche. La muy tonta no sabe que trae mala suerte.
Hombre:
Es una artista tomando la sopa....
Se funde la luz de la habitación. La luz que entra del exterior recorta las siluetas de los dos en la ventana.
Telón
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