“El Emperador Nicandro” obra de teatro de Empiree, se presentó en el Teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social, como parte de las actividades del XXIV Festival Cultural Zacatecas 2010, que organiza el Gobierno del Estado a través del Instituto Zacatecano de Cultura, con apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Ante un público muy variado, dio inicio la comedia, que critica el uso y abuso del poder desde espacios como la política, la religión, las altas clases sociales, entre otros; así como las repercusiones de la peor enemiga de la humanidad: la ignorancia.
El elenco lo conforman Alfredo Santana, como “Belisario”; Gabriela Dávila, “Morena”; Abel Bustos, “Torito”; Guillermo Zapata, “Emperador Nicandro”; Nancy Vargas, “Mademoisielle Pleyade Lauttier”; Juan de la Rosa, el “Juez”; Javier Luís, el “Cocinero”; el “Obispo Oroño”, por Fernando Briones y el “Monaguillo”, por Katia Nava.
60 minutos duró la obra de Santiago Serrano, dirigida por Jesús Guillermo Zapata Ortiz, que comienza cuando Nicandro captura al Obispo, al monaguillo, al juez, al cocinero y a la francesa Mademoisielle.
Nicandro quiere matar al obispo, ya que éste le habla de su Dios al incrédulo emperador, pero el cura le implora que no los mate, y lo convence de que los deje libres; más aun, le propone que se case con la francesa.
Le sugirió que procreara un hijo con ella, para hacerlo heredero de su Imperio; Nicandro se dejó llevar, el obispo se empoderó y comenzó a abusar, junto con su monaguillo, del pueblo e incluso del emperador.
Su siguiente paso fue convencer a la dama, que era su protegida, para que se casara, y obtuviera así todos los bienes materiales que se encontraban de por medio, la mujer aceptó por interés.
Después de casarse, el grupo de rufianes hizo de las suyas, engañaron a Nicandro, y tras años de espera, el anhelado hijo nunca llegó. El rey pensó en casarse con otra mujer, pero rápidamente los malandrines pensaron en una solución: buscaron a otro hombre que embarazara a la emperatriz.
La víctima fue Torito, quien por su juventud fue la fácil víctima que soluciono el problema, que les permitiría a los sinvergüenzas continuar con la treta.
Las risas se escucharon a lo largo de toda la función, gracias al dinamismo y buen desarrollo de la puesta, que resultó amena y logró transmitir su mensaje sobre la problemática que implica el abuso de poder.
Ante un público muy variado, dio inicio la comedia, que critica el uso y abuso del poder desde espacios como la política, la religión, las altas clases sociales, entre otros; así como las repercusiones de la peor enemiga de la humanidad: la ignorancia.
El elenco lo conforman Alfredo Santana, como “Belisario”; Gabriela Dávila, “Morena”; Abel Bustos, “Torito”; Guillermo Zapata, “Emperador Nicandro”; Nancy Vargas, “Mademoisielle Pleyade Lauttier”; Juan de la Rosa, el “Juez”; Javier Luís, el “Cocinero”; el “Obispo Oroño”, por Fernando Briones y el “Monaguillo”, por Katia Nava.
60 minutos duró la obra de Santiago Serrano, dirigida por Jesús Guillermo Zapata Ortiz, que comienza cuando Nicandro captura al Obispo, al monaguillo, al juez, al cocinero y a la francesa Mademoisielle.
Nicandro quiere matar al obispo, ya que éste le habla de su Dios al incrédulo emperador, pero el cura le implora que no los mate, y lo convence de que los deje libres; más aun, le propone que se case con la francesa.
Le sugirió que procreara un hijo con ella, para hacerlo heredero de su Imperio; Nicandro se dejó llevar, el obispo se empoderó y comenzó a abusar, junto con su monaguillo, del pueblo e incluso del emperador.
Su siguiente paso fue convencer a la dama, que era su protegida, para que se casara, y obtuviera así todos los bienes materiales que se encontraban de por medio, la mujer aceptó por interés.
Después de casarse, el grupo de rufianes hizo de las suyas, engañaron a Nicandro, y tras años de espera, el anhelado hijo nunca llegó. El rey pensó en casarse con otra mujer, pero rápidamente los malandrines pensaron en una solución: buscaron a otro hombre que embarazara a la emperatriz.
La víctima fue Torito, quien por su juventud fue la fácil víctima que soluciono el problema, que les permitiría a los sinvergüenzas continuar con la treta.
Las risas se escucharon a lo largo de toda la función, gracias al dinamismo y buen desarrollo de la puesta, que resultó amena y logró transmitir su mensaje sobre la problemática que implica el abuso de poder.
http://www.bitacoradigital.com.mx/2010/04/06/empiree-lleva-a-escena-la-obra-el-emperador-nicandro/
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