miércoles, 23 de julio de 2014

DINOSAURIOS , en el Festival Iberoamericano de Miami.

‘Dinossauros’, personajes en peligro de extención


ESPECIAL/EL NUEVO HERALD


Foto Mila Petrilho

Quizá “espectacular” sea el adjetivo más sonoro y recurrente en nuestra ciudad. Aludiendo a diferentes tópicos, la cualidad del espectáculo deja de ser una propiedad del acontecimiento escénico para convertirse en una categoría cotidiana que refiere, de un modo u otro, a lo extraordinario.
En el caso de la puesta en escena Dinossauros, obra del argentino Santiago Serrano que presentó, bajo la dirección de Guilherme Reis, el grupo brasileño Cena, en el actual Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami, pudimos disfrutar de una paradójica articulación de teatralidad y espectacularidad. En su lugar, la representación corrió los riesgos de un montaje en el que lo ordinario y la aparente simplicidad son las fuentes de una poderosa corriente emocional que asciende y se desborda hacia el final del relato.
Sin pizca de melodrama pero con auténtica pulsión dramática, brotan las consecuencias del encuentro milagroso entre Silvina y Nicolás. Ella en la mitad de los 40, él de los 50, ambos con distintos antecedentes y vocaciones, resultan, sin embargo, tan cercanos como solo pueden serlo dos piezas de un rompecabezas. Silvina, presa de una neurosis incrementada por el inminente fallecimiento de su madre, y Nicolás que huye, junto al acordeón de su abuelo, de una esposa que le pega y lo desprecia, terminan ocupando el mismo banco de una estación de trenes una madrugada.
Son dos seres raros con una abismal necesidad de afecto, personas alejadas de los patrones contemporáneos, ejemplares de “una especie en extinción” para quienes la vida interior tiene el mismo valor que las exigencias materiales. Por eso protagonizan una historia que parte del miedo a lo desconocido, atraviesa la desconfianza hacia la ingenuidad en un mundo lleno de peligros reales, mientras se van conociendo mediante confesiones personales, música, baile, una cena en común, el juego. Toda una construcción del vínculo afectivo sobre la base del respeto y la confianza. Esa debe ser la razón por la cual esta relación no termina con un beso sino que se confirma en un abrazo conmovedor que desmorona la cultura de la sospecha.
Contrario a los actuales hábitos de percepción que demandan grandeza y espesura sensorial, pudimos ver en el Carnival Studio Theater una escenificación intimista, distanciada de aquellos principios de la contemporaneidad que Mario Vargas Llosa analiza en La civilización del espectáculo.
No encontramos el horror al vacío que caracterizó al barroco e identifica a nuestro neobarroco, el cual, además, huye del silencio. En un amplio espacio, la ajustada utilería dentro de una cesta, el banco y un hermoso acordeón bastan para recrear aquella belleza que emana del espíritu desnudo. Pero el recurso principal fue la creación psicológica de los personajes desde la técnica y el encanto de los actores Carmen Moretzsohn y Murilo Grossi. La sinceridad, precisión e integración de estos intérpretes elevan el tono menor de sus personajes al lirismo de una teatralidad que nos sumergió en el espectáculo inefable de la ternura.• 

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/07/22/1804980/dinossauros-personajes-en-peligro.html#storylink=cpy

1 comentario:

  1. Ni mas ni menos, Un texto bellisimo del maestro!
    tentador, exquisito,sencible, super real, humano.
    Me quito el sombrero, un hombre sabio Santiago Serrano.

    ResponderEliminar